En partidos tan complicados como el que afrontó ayer el Valencia los detalles son trascendentales a la hora de poder obtener un buen resultado. Detalles como la parada de Diego Alves en el penalti lanzado por Messi o el balón que estrelló el otro Alves en el palo de la portería valencianista. Pero antes que ocurrieran estas dos jugadas el árbitro no se atrevió a pitar unas clamorosas manos fuera del área de Pinto que hubieran supuesto la expulsión del guardameta gaditano y la consiguiente inferioridad del Barcelona durante más de una hora. Los detalles marcan, unos para mantener viva la esperanza de clasificación en el partido de vuelta y otro para comprobar que es vergonzoso que Madrid y Barcelona se quejen de los arbitrajes. Con la desigualdad económica y futbolística existente entre los dos grandes y el resto, no pitar acciones tan claras como la de ayer en Mestalla es darles demasiada ventaja. El mejor entrenador que ha pasado por el Valencia en su historia, Rafa Benítez, ya alertó en su momento de que contra estos equipos “hay que hacer el doble para conseguir la mitad”.
La sensación de impotencia que se vivió ayer en el campo tras el encuentro fue palpable. El comentario era que el Valencia había puesto todo lo que tenía en el césped y que eso no había sido suficiente para doblegar al equipo catalán. Es más, en la segunda parte los de Guardiola pudieron incluso sentenciar la eliminatoria. Es por ello que, la mejor noticia para los de Unai es que la eliminatoria está abierta y que, aunque difícil, no es imposible poder hacer la machada en el Camp Nou. Además, como dicen que no hay mal que por bien no venga, jugará Pinto y su sobaco que esperemos nos deleite con algún cante de los suyos.
Al final, en el partido contaron los goles de Jonas, tras una magnífica jugada del Valencia, y de Puyol al rematar de cabeza un córner que sirvió, además de para empatar el partido, para desnudar las carencias de Diego Alves y para confirmar que Víctor Ruiz no se encuentra en su mejor momento. El portero salió a por uvas y el defensa se durmió en su vigilancia a Puyol que remató solo. Es sintomático que, tras acabar el partido, Diego Alves confesara que el equipo debe trabajar más en los entrenamientos la defensa de las acciones a balón parado. Volviendo a los goles, la conclusión del partido es que, aunque el Barcelona fuera superior, sólo pudo perforar la portería del Valencia en un fallo defensivo local. Como dijo Soldado ayer tras el partido (no sólo rajó de González González) ha costado mucho llegara semifinales como para no pelear la eliminatoria en el partido de vuelta. Así que #yosigocreyendo.
Ricardo Marí
@ricardo_mari
